¿Conoces las nueve clases de mercancías peligrosas IATA?


¿Conoces las nueve clases de mercancías peligrosas IATA? Se entiende por clases de mercancías peligrosas los materiales o elementos que si no son controlados correctamente, suponen un riesgo potencial para la salud humana y la seguridad, las infraestructuras y/o sus medios de transporte.

Las instrucciones técnicas sobre las clases de mercancías peligrosas de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) son las normas acordadas internacionalmente que rigen los requisitos para el transporte aéreo de mercancías peligrosas. La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) publica las Normativas sobre mercancías peligrosas conforme a las instrucciones técnicas de la OACI.

Las Normas del Modelo de la ONU utilizan un sistema de clasificación de las clases de mercancías peligrosas en el que cada sustancia o artículo peligroso se asigna a una CLASE, dependiendo de la naturaleza del peligro que presenta. Las nueve clases de mercancías peligrosas. IATA (algunas de las cuales se subdividen a su vez en otras):

1. Explosivos
Los explosivos contiene moléculas diseñadas para cambiar rápidamente su estado (normalmente sólido) convirtiéndose en un gas muy caliente, para producir un efecto físico repentino y violento.

Esta transformación se logra sometiéndolos a un «shock», en la práctica prendiendo una carga pequeña pero muy sensible (detonador) en contacto directo con ellos. El «shock» hace que la molécula se despedace e inicie un rápido cambio químico, es decir, la explosión.

El cambio de estado tiene lugar casi instantáneamente (produciéndose un rápido incremento del volumen al convertirse el sólido en gas, y una posterior expansión debida al cambio que va acompañada de una gran liberación de energía química en forma de calor) alcanzando varios miles de grados. Es este incremento rápido y drástico en el volumen lo que produce el efecto físico deseado.

En el caso de explosivos de alto rendimiento, tienen el efecto de que destrozan cualquier elemento cercano y, en el caso de explosivos de bajo rendimiento, producen una fuerza cinética masiva. La liberación de energía es la misma, pero en el caso de los explosivos de bajo rendimiento, las moléculas se han diseñado para cambiar fraccionalmente de forma más lenta, para producir un «empujón» potente, en lugar de un estallido rápido.

Aunque los explosivos pueden comportarse de manera violenta cuando se activan adecuadamente, se han diseñado para resultar estables e insensibles bajo condiciones normales de la superficie. Esto quiere decir que pueden manipularse y transportarse por tierra y por mar con bastante seguridad, siempre que no se vean sometidos a golpes violentos, como podría ser un accidente de tráfico a gran velocidad, o peor, que entren en contacto con un incendio. Algunos explosivos de alto rendimiento se pueden incendiar a temperaturas tan bajas como los 200 °C.

Hay 6 divisiones en la Clase 1, que muestran cómo reaccionan los explosivos y cómo se comportan una vez activados. Los elementos también se asignan a una de las 13 letras del Grupo de Compatibilidad, básicamente para indicar qué tipos pueden viajar con seguridad junto con otros tipos.

Los explosivos se declaran como NEQ (Cantidad de Explosivos Netos) al describirlos en el documento de transporte, independientemente del peso neto.
División
1.1 Riesgo de explosión masiva
División
1.2 Riesgo de proyección solamente
División
1.3 Riesgo de incendio y explosión leve o riesgo de proyección leve
División
1.4 Riesgo mínimo
División
1.5 Agentes explosivos
División
1.6 Artículos detonantes muy insensibles

2. Gases

Los gases se transportan principalmente bajo presión para reducir su volumen, y ahorrar así espacio en el transporte y el almacenamiento.

La propia presión supone un peligro si se libera repentinamente. La presión nunca se disipa, como el calor, que se transfiere desde o hacia su entorno hasta lograr una temperatura uniforme.

La fuerza contenida en un cilindro de gas de alta presión puede ser muy grande. Si se rompe la válvula de un cilindro, el gas que escape se concentrará en un potente chorro que hará salir el cilindro volando como un cohete, causando un daño grave.

La mayoría de los gases son más pesados que el aire. Pueden causar asfixia si desplazan o diluyen el aire en espacios confinados.

Aplicar presión a los gases reducirá su volumen, pero si se convierten en líquidos bajo presión, el volumen se reduce mucho más, varios cientos de veces. Algunos gases se licúan bajo presión a temperaturas normales, p. ej. gases de petróleo licuados, cloro, amoniaco. Pero algunos, los gases permanentes, solamente se licuarán si también se refrigeran a temperaturas muy bajas (críticas), p. ej. 269 °C en el caso del helio líquido.

Estos incluyen el oxígeno, el nitrógeno, el hidrógeno, el helio, el neón y el argón. Una vez licuados, deben conservarse en recipientes especialmente aislados para evitar que se calienten. El frío extremo claramente supone un peligro si el metal frío, etc., se toca accidentalmente sin protección. Además, un escape de gas muy frío supone un peligro para la respiración, causando un daño directo en los pulmones o la ausencia de oxígeno.

Hasta el momento hemos hablado de peligros físicos. Pero los gases también suponen peligros químicos, p. ej. los gases inflamables como el butano o el acetileno y gases tóxicos como el cloro o el amoniaco. La Clase se divide, por tanto, en tres Divisiones:

Clase 2.1 gases inflamables

Clase 2.2 gases no inflamables, no tóxicos

Clase 2.3 gases tóxicos

A pesar de estas definiciones, el oxígeno puro de la Clase 2.2 puede ser muy peligroso, ya que reacciona inmediatamente ante cualquier hidrocarburo u otro material combustible, prendiéndolo rápidamente. Las válvulas en los tubos de oxígeno deben funcionar libres de grasa.

3. Líquidos inflamables

Algunos líquidos inflamables son derivados del petróleo, como la gasolina o el queroseno. Otros se logran a través de procesos naturales o industriales, como los alcoholes.

Cuando algunas moléculas en el líquido tienen suficiente energía y se mueven a suficiente velocidad como para traspasar la superficie hacia el espacio aéreo superior, se crean vapores. Cuanto más caliente esté el líquido, más moléculas lograrán ese nivel de energía y velocidad, y más rápido se formarán los vapores.

Los vapores son invisibles, y siempre mucho más pesados que el aire. Fluirán hacia abajo y se acumularán en el punto más bajo. Los vapores se mezclan rápidamente con el aire; cuando la mezcla esté dentro de los límites explosivos para el material en particular, quemará o explotará al prenderse.

El punto de ignición es la temperatura por encima de la cual el líquido libera el vapor suficiente como para crear una mezcla inflamable con el aire, es decir, el límite más bajo de explosión. Por debajo de ese punto, se forma un vapor insuficiente para crear una mezcla inflamable. Cuanto más bajo sea el punto de ignición, más rápidamente se formará el vapor a temperaturas normales y mayor será el riesgo.

El punto de ignición de la gasolina es -40 °C, de modo que prenderá rápidamente a temperaturas normales. El punto de ignición del gasóleo es +65 °C, de modo que deberá calentarse para prender. El límite superior de UN para la Clase 3 suele ser un punto de ignición de 60 °C, por encima del cual el material no se considera peligroso para el transporte. No obstante, el gasóleo entró dentro del ámbito completo de las Normas recientemente. Más allá de eso, un líquido inflamable se incluirá en la Clase 3 si presenta un punto de ignición por encima de 60 °C y se transporta a una temperatura por encima de ese punto. Si se transporta a una temperatura por encima de 100 °C y por debajo de su punto de ignición, se incluirá en la Clase 9.

La temperatura de auto-ignición es la temperatura a la que el vapor prenderá el aire sin una fuente de ignición. Esta temperatura es mucho más alta que el punto de ignición, p. ej. en la gasolina es de 300 °C, el efecto se utiliza en los motores diésel, donde no se necesita una bujía.

Los líquidos inflamables se sitúan en Grupos de embalaje conforme al punto de ebullición y el punto de ignición.

Grupo de embalaje Punto de ebullición inicial Punto de ignición (copa cerrada)
Grupo de embalaje I
Punto de ebullición por debajo de 35 °C

Grupo de embalaje II
Punto de ebullición por encima de 35 °C
Punto de ignición por debajo de 23 °C

Grupo de embalaje III
Punto de ebullición por encima de 35 °C
Punto de ignición > 23 °C y <>

Los líquidos inflamables suelen utilizarse como combustibles en motores de combustión interna para vehículos de motor y aviones, y como tal representan de largo el mayor tonelaje de productos peligrosos transportados por superficie. También se utilizan en cantidades más pequeñas como mediadores químicos, o como medio para pinturas, barnices, tintas, adhesivos, etc.

4. Sólidos inflamables, materias de combustión espontánea y peligrosas en contacto con el agua (Mercancías Peligrosas Clase 4.1 / 4.2 / 4.3 )

Clase 4.1 – Materia sólidas inflamables, materias autorreactivas y materias explosivas desensibilizadas sólidas.
Arderán fácilmente, más que los materiales combustibles ordinarios como la madera o el papel. La combustión puede ser violenta y rápida, generando una gran cantidad de calor. Algunos productos de esta clase son explosivos desensibilizados, p. ej. el trinitrotolueno humedecido (TNT) que de otro modo pertenecería a la Clase 1. Algunos son auto-reactivos, y son capaces de descomponerse químicamente si superan cierta temperatura, o se someten a un «shock», etc.

Se pueden descomponer de manera explosiva, arder de forma vigorosa o generar gases o vapores tóxicos.

Clase 4.2 – Materias que pueden experimentar inflamación espontánea
Los elementos de la División 4.2 pueden ser sólidos o líquidos. Arden espontáneamente en contacto con el oxígeno. Deben conservarse en embalajes herméticos o como líquidos bajo un gas inerte o una cobertura líquida. Los materiales pirofóricos arderán en los cinco minutos siguientes a entrar en contacto con el aire y siempre se asignarán al Grupo de embalaje I. Otros materiales arderán solamente cuando estén en grandes cantidades y durante periodos de tiempo más largos. Estos últimos están en los Grupos de embalaje II o III, dependiendo de las pruebas de clasificación.

Clase 4.3 – Materias que en contacto con el agua desprenden gases inflamables
Los productos de la División 4.3 reaccionan con el agua, ya sea en estado líquido o en vapor, y generan un gas inflamable. Pueden arder por el calor de la reacción. Deben conservarse en recipientes estancos al agua, herméticamente sellados para evitar la entrada de humedad o vapor de agua.

5. Sustancias oxidantes y peróxidos orgánicos

Clase 5.1 – Materias comburentes

Debido a su alto contenido en oxígeno, suelen ser materiales reactivos. Pueden reaccionar con otros materiales inflamables o combustibles, y el calor generado puede iniciar la combustión más tarde. Después, los agentes suministran el oxígeno para mantenerlos ardiendo sin ayuda del oxígeno en el aire, como ocurre con la combustión normal.

Estos incendios pueden, por lo tanto, desencadenarse y continuar en espacios confinados, como por ejemplo, dentro de las bodegas de carga. Y una vez, iniciado el incendio, puede resultar difícil de extinguir. Cubrir con polvo o espuma no sirve de nada, ya que el oxígeno ya está presente en el agente subyacente.

El único método consiste en utilizar una gran cantidad de agua fría, pero si el incendio está en un lugar confinado, puede ser difícil de alcanzar, y el calor generado es tal que hará falta una gran cantidad de agua.

Algunos oxidantes pueden ser explosivos si se calientan mucho, particularmente en presencia de carbono. El nitrato de amonio mezclado con combustible de hidrocarburo, como el gasóleo, se convierte en un potente explosivo, muy utilizado en las industrias extractoras, y por los terroristas.

El nitrato de amonio está disponible inmediatamente, porque se fabrica en grandes cantidades en todo el mundo como fertilizante agrícola, como un medio de añadir nitrógeno extra a las cosechas. Las plantas absorben el nitrato directamente, y extraen nitrógeno para crear proteínas.

Clase 5.2 – Peróxidos orgánicos

La molécula contiene estructuras que contienen carbono (orgánico) asociadas a un doble vínculo (peróxido). Así, el combustible y el oxígeno se combinan en la misma molécula, lo que les hace aún más capaces de arder que un material combustible independiente.

Se han diseñado para ser reactivos para una serie de procesos industriales, y pueden por tanto ser inestables, y a veces explosivos. Cuando se desarrollan por primera vez, pueden clasificarse como de Clase 1 o de Clase 5.2, generalmente dependiendo del uso final previsto. Basándose en su estructura química únicamente, pueden considerarse de ambas clases.

Suele ser necesario conservarlos refrigerados para mantenerlos inactivos, y después debe controlarse cuidadosamente la temperatura. De otro modo, si superan una cierta temperatura específica al material, comenzarán a descomponerse rápidamente, de un modo similar a los materiales auto-reactivos de la Clase 4.1, dando como resultado un progreso incontrolable hacia el incendio o la explosión.

Debido a su naturaleza reactiva, pueden resultar muy dañinos para el cuerpo humano, particularmente los ojos.

6. Sustancias tóxicas e infecciosas

Clase 6.1 – Sustancias tóxicas

Son venenos químicos o que pueden dañar el cuerpo humano, en su totalidad o en parte. Debe evitarse que penetren en el cuerpo, tragándolos, respirándolos o absorbiéndolos a través de la piel.

La abanico de la gama de tóxicos va desde los que pueden matar en minutos, como los ciánidos, a aquellos que harían daño pero no necesariamente matarían, siempre que la dosis no sea excesiva, como los hidrocarburos clorados. Los tóxicos de la Clase 6.1 pueden estar en forma sólida o líquida. Los gases tóxicos pertenecen a la Clase 2.3.

La toxicidad viene determinada, principalmente, por pruebas con animales vivos.

En general, la Clase 6.1 no debe transportarse con alimentos, aunque hay excepciones.

Clase 6.2 – Sustancias peligrosas

Los productos de la División 6.2 contienen patógenos, es decir, microorganismos que causan enfermedades infecciosas en los humanos o los animales. Se clasifican, según su peligro durante el transporte, en uno de estos cuatro grupos:

I1 Materias infecciosas para el ser humano;

I2 Materias infecciosas únicamente para los animales;

I3 Desechos clínicos;

I4 Muestras de diagnóstico.

Categoría A: Materia infecciosa que se transporta en una forma que, al exponerse a ella, es capaz de causar una incapacidad permanente o una enfermedad mortal o potencialmente mortal para seres humanos o animales, hasta entonces con buena salud. Se asignan al número UN 2814.

Algunos ejemplos:

Virus del Ébola
Virus de la Hepatitis B
Virus de Lassa
Virus de la Rabia
A las sustancias infecciosas que causan enfermedades solo en animales se les asigna el número UN 2900. Algunos ejemplos:

Virus de la peste equina africana
Virus de la enfermedad de manos, pies y boca
Virus de la viruela ovina
Virus de la estomatitis vesicular
Categoría B: Una materia infecciosa que no cumple los criterios para su inclusión en la Categoría A. Las materias infecciosas de la categoría B se asignarán al nº ONU 3373.

7. Material radioactivo

Son materiales que contienen átomos inestables que cambian su estructura espontáneamente de manera aleatoria cada cierto periodo de tiempo.

A medida que cambia cada átomo, emite una radiación invisible que puede causar radiación ionizante de cambio química o biológica. Esto puede dañar el cuerpo en uno u otro sentido, dependiendo del tipo de radiación y de la duración de la exposición.

La radiación ionizante suele ser peligrosa para el cuerpo humano, dependiendo del tipo de radiación, la dosis y la duración de la exposición.

Algunos materiales radioactivos también pueden tener propiedades peligrosas, y los embalajes deberán, por tanto, llevar otras señales UN de advertencia para indicar riesgos subsidiarios.

Los embalajes radioactivos son perfectamente seguros de manipular y transportar, porque el propio embalaje actúa como blindaje. No supondrán ningún riesgo para la salud para los transportistas. Sin embargo, la norma es mantener cualquier dosis de radiación ionizante al mínimo posible. La dosis depende de:

La potencia de la fuente radioactiva, la «actividad»
La distancia desde la fuente
Las barreras en torno a la fuente
El tiempo de exposición

8. Corrosivos

Son sustancias que, por su acción química, causan lesiones graves a los tejidos vivos con los que entran en contacto. Además, si se produce un escape pueden causar daños importantes a otras mercancías o al medio de transporte pudiendo llegar incluso a destruirlos.

Por este motivo, los productos corrosivos se usan en gran medida en la industria para producir una amplia gama de transformaciones y efectos.

Esta naturaleza activa puede, obviamente, resultar muy dañina para el cuerpo. Trabajan desde fuera del cuerpo destruyendo el tejido, al contrario que los tóxicos, que trabajan desde el interior en los distintos órganos y sistemas vitales.

Los corrosivos pueden ser ácidos o alcalinos. Los ácidos reaccionan con metales que son generalmente fuertes y flexibles, para producir sales, que pueden ser cristales frágiles que son solubles en agua. Los ácidos inorgánicos incluyen ácidos carboxílicos, acéticos, fórmicos, benzoicos y grasos como el ácido oleico, el palmítico y el esteárico.

Los alcalinos comunes son el hidróxido de sodio y de potasio y el amoniaco. Son muy corrosivos para la piel, los ojos y las membranas mucosas. Los alcalinos neutralizan los ácidos, pero la reacción puede ser fuerte, y generar mucho calor muy rápidamente. Esto puede causar que el agua en la solución se evapore convirtiéndose violentamente en vapor, despidiendo el material de un modo peligroso.

Los corrosivos se asignan a los Grupos de embalaje dependiendo de su capacidad para causar una destrucción en todo su grosor del tejido de la piel intacta con un cierto periodo de observación, comenzando tras un cierto tiempo de exposición, medido en minutos, horas o días.

Hay requisitos estrictos sobre el transporte de ácidos y alcalinos durante los viajes marítimos (Normativas IMDG).

9. Mercancías peligrosas varias

Se incluyen en esta clase sustancias y artículos que, durante el transporte, presentan un peligro no cubierto por el encabezado de otras clases.

Estos productos tienen propiedades que no se pueden incluir en ningún otro grupo en el sistema de Clases UN, o que presentan una serie de peligros no relacionados que abarcan a dos o más Clases.

El ejemplo clásico de esta diversidad son las balsas salvavidas auto-inflables, que incluyen en el embalaje:

Una gran bombona de gas comprimido, normalmente dióxido de carbono, para inflar la balsa y la cubierta al entrar en contacto con el agua.
Varias bengalas explosivas, velas con humo de colores, etc. para llamar la atención del personal de rescate aéreo y marítimo.
Materiales sólidos inflamables para calentar alimentos y dar calor.
Kits de reparación de tejidos que contienen líquidos inflamables como base de soluciones adhesivas.
La señal de la Clase es única en el sistema UN en el sentido de que no incluye indicaciones de un peligro en particular, que solamente se pueden obtener a partir de información por escrito.

Hay dos números UN en la Clase 9 para materiales peligrosos desde el punto de vista medioambiental. UN 3077 Sustancia sólida peligrosa para el medio ambiente, N.E.P y UN 3082 Sustancia líquida potencialmente peligrosa para el medio ambiente, N.E.P.

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